La polineuritis es una enfermedad inflamatoria que afecta el sistema nervioso periférico y daña los nervios periféricos.
El sistema nervioso periférico es una red compleja de nervios que conecta el cerebro y la médula espinal con los órganos internos, los músculos y la piel. Se divide en dos partes, a saber, el sistema nervioso somático y el sistema nervioso autónomo. El sistema nervioso somático es responsable de transmitir información sensorial y motora al sistema nervioso central. El sistema nervioso autónomo es responsable de controlar las funciones involuntarias del cuerpo. Ambas partes del sistema nervioso periférico son vitales para el funcionamiento normal del cuerpo. El daño a cualquier parte del sistema nervioso periférico puede afectar negativamente el funcionamiento normal del cuerpo.
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Las causas de la polineuritis
La polineuritis no tiene una causa única y la etiología es bastante difícil de determinar. Muchos factores pueden estar involucrados en la aparición de la enfermedad, entre ellos:
Las enfermedades autoinmunes como el síndrome de Guillain-Barré se encuentran entre las implicadas en la incidencia de polineuritis. Es un trastorno poco común en el que el sistema inmunológico ataca el nervio periférico y daña las vainas de mielina que rodean los nervios. Otras enfermedades autoinmunes que pueden ser la causa son el lupus, la artritis reumatoide, el síndrome de Sjogren y la polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica.
Los trastornos metabólicos y endocrinos como diabetes, uremia, acromegalia, gota y disfunción tiroidea también están implicados en la aparición de polineuritis.
Infecciones de tipo VIH o botulismo
También se cree que la exposición a sustancias químicas es una causa de polineuropatía. Estos productos incluyen sustancias tóxicas, monóxido de carbono, disulfuro de carbono, tetracloruro de carbono, arsénico, plomo, mercurio y talio.
Enfermedades infecciosas como la lepra y el herpes. Las infecciones agudas o crónicas como el sarampión, la varicela, la escarlatina, las paperas y la gripe también se consideran posibles causas de polineuritis, así como las toxinas producidas por la bacteria Clostridium tetani y que atacan los nervios periféricos.
Notamos que los trastornos alimentarios como la deficiencia del grupo de vitamina B, el beriberi, la pelagra, el alcoholismo y las enfermedades gastrointestinales crónicas se encuentran entre los trastornos alimentarios implicados en la polineuritis.
Los medicamentos también pueden causar polineuritis debido a sus efectos secundarios
Los medicamentos para el tratamiento del cáncer se encuentran entre los que pueden causar polineuritis, junto con las sulfamidas, la fenitoína, la isoniazida y la emetina.
En hecho, los traumatismos que afectan a los nervios, como las lesiones deportivas, las caídas y los choques de vehículos, pueden provocar daños en los nervios que pueden provocar polineuritis.
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¿Quiénes son las personas en riesgo?
Las personas en riesgo incluyen:
Diabéticos
Alcohólicos
Pacientes sometidos a quimioterapia
Personas con trastornos alimentarios.
Los niños también pueden tener polineuritis
Diagnóstico de polineuritis
Se necesita un examen neurológico para evaluar la fuerza motriz de las extremidades, la sensibilidad de las partes del cuerpo afectadas y los reflejos. También ayuda a detectar trastornos del sistema vegetativo.
Se puede realizar una biopsia (una pequeña muestra de piel) y un electrocardiograma para evaluar la velocidad a la que se transmite el mensaje nervioso del nervio al músculo (velocidad de conducción) y el tiempo de reacción a la estimulación.
Estos exámenes permitirán distinguir si la causa de la polineuritis es un daño a la mielina (se reducirá la velocidad de conducción) o una respuesta motora y / o sensorial reducida (axonopatía, neuropatía).
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Los síntomas de la polineuritis
Los signos y síntomas de la polineuritis dependen del nervio afectado. La aparición inicial de los síntomas suele estar relacionada con el nervio que llega a los dedos de los pies. Esto se debe a que la enfermedad suele dañar las fibras nerviosas más largas.
El nervio sensorial es el encargado de recibir diferentes sensaciones como el frío y el calor. Cuando este nervio se ve afectado o dañado, puede provocar síntomas de parestesia, ardor, entumecimiento y pérdida del sentido de posición y sensaciones de vibración.
La pérdida de sensibilidad puede afectar a una persona con riesgo de quemaduras por una alteración del umbral de detección de la temperatura de detección. El entumecimiento y el hormigueo en los pies o la mano comienzan gradualmente y pueden extenderse a las piernas y los brazos. La sensibilidad al tacto es extrema incluso con el más mínimo toque.
El nervio motor controla el movimiento muscular. El daño a esta parte del sistema nervioso periférico puede provocar síntomas como:
Falta de cordinacion
Parálisis o debilidad muscular
Hormigueo en los dedos y los pies
Entumecimiento
Dolor muscular
Pérdida del control de la vejiga o los intestinos (diarrea)
Piel seca y pálida debido a una escasa capacidad para sudar.
Diarrea o estreñimiento
Calambre nocturno
El nervio autónomo es responsable de controlar las funciones involuntarias del cuerpo. La polineuritis que afecta a este nervio provoca síntomas como:
Extremos fríos
Una sensación de ardor
Intolerancia al calor
Presión arterial anormalmente baja
Mareo
Disfuncion erectil
Problemas digestivos
Piel seca
La pérdida de masa muscular también está presente en la polineuritis y se caracteriza por músculos delgados y débiles, lo que resulta en una reducción del movimiento y pérdida de fuerza muscular.*
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